“Me gustaría que pensaran en la gaita para otras ceremonias – Noticias de mi Pais

Aunque se ha interesado por la música desde los ocho años, Fernando Ybarra Admite que ningún instrumento pudo transmitirle la alegría, la solemnidad y al mismo tiempo la tranquilidad que ganó cuando se convirtió en gaitero hace 20 años.

“Mi profesión es músico, estudié música, además de tocar la gaita, hago música y toco desde los ocho años.

“A diferencia de cualquier otro instrumento que tuve durante mis estudios, o de los instrumentos que toco, la gaita siempre ha sido un instrumento muy singular, desde que la aprendí, tuve la oportunidad de ir a Escocia”.

A ellos amor por la gaita esto lo impulsó a tomar clases en Escocia y España, e incluso le abrió la puerta a este músico profesional como voluntario del Cuerpo de Bomberos de Nuevo León.

“Empecé a trabajar para Bomberos de una manera muy específica, a través de la gaita, en el 2006 acababan de abrir la estación 12 en la zona de Valle Oriente, pero antes de que estuvieran los edificios estaba la avenida Rufino Tamayo y el parque.

“Fui al puente que está en Rufino Tamayo y Lázaro Cárdenas, ahí no había nada, ni depas, nada. Pero yo estaba buscando lugares para ensayar, iba al parque, pero la gente se juntaba, y eso me hizo cambiar de opinión, entonces decidí no ir a los parques y buscar un lugar para ensayar (…).

“Esperé en casa hasta las 11:00 pm o media noche, iba y estacionaba mi auto ahí, y una de esas noches, recuerdo que llegué a mi habitación a la una, y cuando terminé, escuché aplausos. resonó y me di la vuelta y había un bombero al otro lado del túnel».

Así conoció Fernando a sus actuales compañeros Valente Mesa y Juan Manuel Lucio, quienes le recibieron desde el primer momento en el puesto 12, a escasos metros de donde se entrenaba.

“El bombero me dijo que él y su pareja habían estado escuchando durante meses, pero no tenían tiempo para salir, la conversación se produjo y me dijeron que cuando fuera a jugar, bueno, que viniera a la estación. saludarlos, hablarles un poco y me convertí en ellos para preguntar, su trabajo me resultó muy interesante”, recuerda.

A su vez, los elementos le contaron a Fernando sobre la tradición que conectaba a las comunidades escocesa e irlandesa al son de la gaita con el fuego y el cuerpo policial, ya que según la tradición oral se trataba de personas de estas poblaciones (migrantes) que trabajaban en grupos de seguridad.

Pero eso no es lo único que Fernando deja en los bomberos, pues reconoce que no le gusta bromear en los funerales, pues ya ha tenido que acompañar a algunos de sus compañeros de gaita.

“Ojalá fuera más para otro tipo de ceremonias que para funerales porque están de guardia dos amigos míos, gente con la que compartí mucho tiempo de trabajo.

“Me decían en broma: “Oye, cuando me muera, te vas a jugar”, y tengo dos de ellos, de compañeros que nos dejaron. Lastimosamente eran así, así que cuando vuelva a salir el chiste, mejor les digo que no lo mencionen, que si quieren, prefiero ir a tocar a sus bodas o a los quince años de su hija, o algo más” .

Amazing Grace, Dawning Of The Day, We Were Heros y Going Home son parte de un repertorio que Fernando espera que no se necesite pronto, aunque sabe que estas piezas representan la paz que necesitan las familias de los bomberos y policías frente a elementos. la muerte de un ser querido.

“Es un poco difícil tocar en un funeral, porque ya es bastante emotivo y triste. En el caso de cualquier policía, soldado, es la muerte que no se puede visualizar de cierta manera, es alguien que tiene hijos pequeños o que se acaba de casar, es una emoción muy fuerte.

Fernando reconoce que si bien el sonido de la gaita se asocia con el respeto y el honor por un bombero o policía caído en el cumplimiento del deber, su melodía y profundidad también transmiten alegría, solemnidad y sirven para alcanzar la tranquilidad.

“Entras como en un trance, en un mantra, sientes que todo tu cuerpo vibra y te lleva a un estado de relajación o concentración.

“La gaita, por tener un sonido continuo, te hace caer como un mantra, entonces cuando tocas, a veces te vas. Sientes que te estás conectando con tu entorno, por eso el instrumento está hecho para tocar en el bosque, en la montaña, porque sientes toda la energía”, dijo Yonaz de Plastilina Mosh en la guitarra.

“Es un instrumento diferente porque las guitarras vibran bien, y la gaita, cuando está pegada, da un sentimiento muy diferente”.

El sonido de la gaita llevó a Fernando a participar en eventos en la región norte del país, así como actuaciones en Estados Unidos, especialmente en el Memorial Day en Texas.

«Tuve el honor de ser invitado».

Si bien Fernando intentó establecer una orquesta de gaitas en la ciudad e incluso trabajó en su proyecto con el Tec de Monterrey, este nunca se consolidó.

“Estuve dando clases de gaita escocesa en el Tec como siete u ocho años y tenía pensado empezar con ellos para intentar hacer una orquesta de gaitas completa aquí, pero no se pudo por el costo de los uniformes, instrumentos, piezas, porque no hay tiendas en México que se dediquen a las faldas escocesas, es muy difícil.

“El grupo aquí y yo nos convertimos en siete gaitas, pero se disolvió hace como cuatro años, empezaron a ofrecerles trabajo a mis alumnos de lo que habían estudiado en otras partes del mundo, sobre todo en Estados Unidos”, dijo.

De momento, Fernando, o el gaitero como se le conoce entre las corporaciones de salvamento, ha vuelto a la estación 5 para continuar con otra actividad que tanto le apasiona.

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