Ética, democracia y conciliación – Grupo Milenio – Noticias de mi Pais

La correspondencia entre el derecho y la ética pública, y el equilibrio entre los derechos de los individuos y de los grupos, y, además, entre los intereses de la sociedad y los intereses de las minorías, debe ser el principio y el fin de toda política de acción; lo son idealmente, pero en el momento actual parece que en la práctica nadie o muy pocos de los que están en política están clara o decididamente inclinados a hacerlo.

Estos equilibrios son la fuente a la que recurre la democracia, tanto para limitar el poder del Estado a través de la aplicación de los derechos por parte de los gobiernos que se supone protegen al pueblo, como para asegurar que el poder del Estado no obedezca los motivos de unos pocos.

Una visión ética es necesaria precisamente en la medida en que la dignidad es una cualidad inalienable de la persona; reconocerla, respetarla y hacerla por encima de todo y de todos, esta es la gran tarea de la sociedad y de todos los niveles de gobierno.

Necesitamos ética para hacer las cosas bien, democracia para ser participativa y reconciliación para ser siempre pacífica, en armonía con el medio ambiente y sin dejar a nadie atrás.

Un proyecto político que funciona sin el apoyo de estos principios básicos es inútil; es inútil para nadie, ni para la política misma, argumentar lo contrario, esto es una simulación, una violación de la ley y un ataque a la dignidad humana.

Sabemos que la educación para el desarrollo es fundamental, que la provisión de agua, alimentos y vivienda es fundamental, que la salud no se puede negociar y que, entre muchas otras responsabilidades, no se puede ignorar la prestación de servicios de calidad para una vida digna de las personas; Ignorar irresponsablemente no es solo cinismo e irresponsabilidad.

Hoy los «proyectos políticos» de quienes quieren gobernar se centran en hacer «campañas de imagen», en proyectar lo que «la gente quiere ver», y para eso se gasta mucho en encuestas de opinión pública, y no en investigación y diagnóstico del problema de las comunidades reales.; ofrecen «lo que pide la gente» aunque no sea una prioridad; dicen lo que «quieren oír» en lugar de propuestas genuinas para hacer gobiernos sencillos, honestos, justos, transparentes, eficientes, garantes del derecho y protectores de la dignidad humana.

Sí, es útil que estos últimos actúen con ética, con valores y de acuerdo con la ley; cada uno hace lo que le conviene, aplicando la facultad de autoconciencia y autodeterminación, y pensando profundamente en escoger siempre voluntariamente aquello que beneficie a todos por igual.

carolina monroy

Written by

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La burocracia interminable que enfrentan las tierras indígenas en Colombia – Noticias de mi Pais

Petro: El presidente feliz | EL PAÍS América Colombia – Noticias de mi Pais