Conquista del paladar – Grupo Milenio – Noticias de mi Pais

Colonización, independencia, dictadura, revolución, globalización y el deseo de reencontrarse como persona y miembro de una sociedad con cultura; un sentimiento holístico que nos lleva a la salvación de antiguas tradiciones y nos permite mostrar a las nuevas generaciones todo un mundo que no nos deja olvidar los orígenes de los que venimos.

Sin embargo, no todo puede ser tan sencillo, la colonización no fue solo de espíritu, sino también de comida, ya que, al igual que con la llegada de los españoles, cada uno traía su propio chef estrella, esposa o madre y un extenso recetario que había que adaptarse a los ingredientes encontrados en “India”, para cuando España partió, dejó una huella en el nuevo país, que con la salida de los gobernantes se desarrolló, pasando en ocasiones inesperadamente por Italia, China y Francia, esta última fue muy pesada , que se puede ver hoy.

Y por último, una enorme variedad de platos que son “chile y chocolate” gracias a una combinación de ingredientes y culturas.

Como ejemplo de esta evolución tenemos datos de escritores y pensadores del siglo XIX como Manuel Gutiérrez Nájera, Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, entre otros, quienes negaron la dieta de las clases bajas del México porfirista, que consistía en frijol, tortilla , chiles y pulque, ya que carecían de clase y sofisticación en la forma, todo por la influencia francesa que se adoptó en el país.

En un caso particular, se denominó pulque con un olor repugnante, no apto para el consumo, y una textura sumamente repugnante; pero que, según Manuel Paino, algunos ricos usaban mole y pulca en sus casas, pero al parecer estos gustos los rehusaban a sus otros conocidos.

La sociedad mexicana siempre ha estado a la sombra de algún otro país que impuso o permitimos que nos impusieran nuestra forma de vida en todos los aspectos, menospreciando así nuestras raíces y pensando que las opiniones de los demás son más importantes que las nuestras. olvidándose de que lo que es sabroso para unos es repulsivo o insípido para otros.

Aparte de que juega un doble papel, ya que en las áreas sociales probamos un plato de “alto nivel” acompañado de un buen vino que ni nos gusta, y en casa cocinamos nuestros frijoles fritos acompañados de un par de tortillas. y una salsita verde con una chela bien muerta, esto es por el puro placer de comer, que no solo llena nuestra alma subyugada, sino también el cielo y, de paso, el corazón.

Benjamín Ramírez

otaconmx@yahoo.com.mx

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