El fútbol colombiano es aburrido: ¿tiene arreglo? – Noticias de mi Pais

Está claro que Colombia no está pasando por los mejores días futbolísticos. Su selección no jugará el Mundial de Qatar, y James Rodríguez, quien fuera su mejor jugador hace unos años, candidato al Balón de Oro, pasea su físico reguetonero por los estadios olvidados de Grecia. El país parece haberse hundido en una profunda depresión a causa del deporte que generó tanto entusiasmo por él en los años 80 y 90. Para colmo, hace unos días un análisis estadístico colocó a la liga local entre las más aburridas del mundo. “La liga colombiana tiene que ser una de las menos vistosas, una de las más aburridas, una especie de cancha desilusionante para cualquier futbolero”, dice el escritor y futbolero Ricardo Silva Romero. Pero, ¿cuándo se perdió el fútbol cafetero por el camino?

En 2016, el Atlético Nacional ganó la Copa Libertadores con un plantel joven y prometedor, y dos años antes, el equipo logró los mejores resultados en la Copa del Mundo, llegando a cuartos de final y convirtiéndose en uno de los equipos más atractivos. Parecía que las cosas iban bien, que la generación de esplendor de los 90 no sería la única que llevaría en alto el nombre del fútbol colombiano; pero detrás de esta ilusión la realidad era otra. “Después de la caída de las grandes fortunas, legales e ilegales, que sustentaban el deporte nacional, los futbolistas tuvieron que competir en el exterior. Y los que se quedaron aquí se quedaron a competir en un mundo abandonado, como paralizados. Un absoluto desinterés de la dirección, de los dueños de los equipos y una muy preocupante falta de críticas a la hora de exigir a la afición una liga mejor”, analiza Ricardo Silva. Desde su punto de vista, los empresarios que están satisfechos con el modelo de negocio basado en la exportación de jugadores (el último producto destacado fue Luis Díaz) han dejado de lado la liga. No tienes que luchar por ello, porque mantiene el interés local y los ingresos estables, a pesar del nivel de juego realmente bajo.

Luis Díaz celebra un gol contra Independiente Medellín en diciembre de 2018 cuando aún jugaba en el Junior de Barranquilla de la liga colombiana.
Luis Díaz celebra un gol contra Independiente Medellín en diciembre de 2018 cuando aún jugaba en el Junior de Barranquilla de la liga colombiana. LUISRAMIRES 2018 (Getty Images)

En los últimos días se ha confirmado esta sospecha. La clasificación elaborada por el Observatorio del Fútbol CIES, sitio web especializado en el análisis estadístico de los deportes, ubicó a la liga BetPlay, la máxima categoría del fútbol colombiano, entre las siete ligas más aburridas del mundo. El rating en cuestión equipara oportunidades y goles con emociones. A su juicio, la Bundesliga alemana es la más espectacular, promediando 12,96 ocasiones y 3,04 goles por partido. En el otro extremo de la lista, en el puesto 67 de 74, la Primera División colombiana promedia 9,04 ocasiones y 2,26 goles por partido. En palabras: el fútbol profesional en Colombia es más lento, con menos momentos de desequilibrio y menos riesgo.

Sin embargo, todo depende del punto de vista, recuerda Francisco. Pacho Maturana. “Eso puede ser cierto, pero para mí hay ligas europeas que pueden estar en los primeros puestos que me aburren. No siguen los principios tácticos básicos, no se esfuerzan por el funcionamiento del equipo, sino que se regocijan con los jugadores individuales. Para mí, la grandeza del fútbol radica en los principios del juego”, dice el entrenador que dirigió a la selección colombiana a principios de los 90 y la condujo a un fútbol ordenado, dinámico y eficiente. “Yo digo que en Colombia defienden bien y que el campeonato es muy bueno porque cualquiera le gana a cualquiera y el líder tiene que pelear hasta con los que descienden”, agrega Maturana, quien actualmente es director deportivo de Atlético Nacional.

Uno de los jugadores que dirigió en este equipo, Adolfo Tren El Valencia entiende los argumentos de su ex entrenador, pero cree que hay otras razones para la aparente falta de dinamismo del fútbol colombiano. “Creo que ahorita los equipos no dan oportunidades para el proceso. Los técnicos tienen tres juegos y si no ganan son expulsados. Eso da lugar a un fútbol muy conservador y no permite desarrollar estilos”, analiza por teléfono el exjugador del Bayern Múnich y del Atlético de Madrid. “También hay una falta de competencia. El torneo es corto para muchos equipos y los jugadores jóvenes no tienen la oportunidad de ganar experiencia, como en otros países donde están en la segunda, tercera, cuarta división. Antes teníamos el torneo Sub-23, pero se acabó, y creo que eso hace que el pelao tenga miedo de entrar al campo cuando, al final, el técnico los necesita”, añade el exdelantero.

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El «Tren» «Valencia» remata de centro y marca en el partido de la fase de grupos del Mundial de 1994 en Pasadena (California) ante Rumanía.Sean Botterill (imágenes falsas)

La realidad que analizan Silva, Maturana y Valencia se expresa en equipos formados por jóvenes talentos con muy poca experiencia, veteranos exitosos que han regresado de carreras en el extranjero y un gran contingente de jugadores que nunca han estado a la altura de los estándares que juegan en el liga. con poco incentivo para la competencia de calidad y el esfuerzo. El resultado son planteles «mediocres», dice Silva, agregando un argumento de contenido conformista al carácter colombiano.

Así, la situación puede interpretarse como una crisis de identidad general en el fútbol nacional, que contrasta con la narrativa de la herencia de un estilo creativo, desequilibrado y propositivo. El fútbol colombiano, con honor decirlo, desde Oro, cuando jugaban en el país jugadores del nivel argentino Alfredo di Stefano o Adolfo Pederner, es un baile que incluye cuerpo, placer y ritmo; versión colombiana buen juego Brasileño. Mucho tiene que cambiar para que el fútbol vuelva a ser un orgullo nacional.

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