Ubicado en el corazón del centro histórico de Zamora, Michoacán, el Santuario Guadalupano recibe diariamente a más de dos mil visitantes nacionales y extranjeros, posicionándose como uno de los templos neogóticos más importantes de México y, según su rector, el tercero más grande del mundo en su estilo.
Historia y simbolismo religioso
La construcción del Santuario Guadalupano inició el 2 de febrero de 1898, durante el episcopado de Don José María Cázares y Martínez, segundo obispo de la Diócesis de Zamora. El proyecto, de estilo neogótico, buscaba establecer una catedral monumental acorde a la importancia regional de la diócesis, que entonces abarcaba territorios hoy correspondientes a Tacámbaro, Apatzingán y Lázaro Cárdenas.
El terreno donde se edificó fue donado a la Diócesis, e incluía lo que hoy ocupa el atrio, el templo principal, la antigua Casa de la Cultura y el actual Centro de Salud.
Arquitectura y características
El templo presenta los elementos distintivos del gótico: altas torres, vitrales, contrafuertes y un atrio amplio. Este espacio, aunque ya sin fuente desde 1988, conserva tres esculturas significativas: San Juan Diego, el obispo José María Cázares y Martínez y el obispo José Esaúl Robles Jiménez, este último recordado por gestionar la devolución del Santuario a la Diócesis tras años de conflictos institucionales.
Afirmación destacada
Según el rector del Santuario, Raúl Ventura Navarro, esta iglesia es considerada la tercera más grande del mundo dentro del estilo católico gótico, después de templos en Alemania y Francia. Sin embargo, esta afirmación aún requiere confirmación oficial de fuentes especializadas en patrimonio eclesiástico.
Impacto turístico y cultural
Además de su función litúrgica, el Santuario es un referente turístico clave para Zamora. Diariamente, más de dos mil personas lo visitan, lo que lo convierte en un motor de actividad para comercios y servicios del centro histórico.
